La incontinencia es una afección médica que provoca que hombres y mujeres pierdan y disminuyan su capacidad para contener la orina, provocando escapes involuntarios en actividades cotidianas como estornudar, reír, realizar un esfuerzo, hacer deporte, agacharse e incluso ponerse de pie. Estos escapes pueden variar de unas gotas a un chorro, según sea el caso.
Los factores de riesgo para presentar incontinencia en las mujeres son varios, entre ellos están:
- Embarazo y parto.
- Índice de masa corporal.
- Genética e historia familiar.
- Actividad física.
- Diabetes.
- Histerectomía.
- Infecciones urinarias.
En hombres las causas están frecuentemente asociadas a alteraciones en los nervios que inervan el control de la vejiga, como por ejemplo por diabetes, infarto cerebral, enfermedad de Parkinson, o cualquier otro padecimiento que altere el control nervioso como traumatismo y tumores que afectan la columna vertebral.
Otras causas involucran los problemas prostáticos como en el cáncer de próstata y la prostatitis, ya que los cambios en el tamaño de esta glándula afectan el paso adecuado de la orina.
Tipos de incontinencia
Incontinencia de urgencia:
La incontinencia de urgencia se da a menudo en hombres mayores de 75 años. Usualmente las personas que la padecen presentan una necesidad “urgente” de orinar. Se asocia a una hiperactividad vesical, es decir que la vejiga presenta contracciones involuntarias durante su llenado, lo que causa que se irrite y que la persona presente una necesidad imperiosa de orinar.
Este tipo se observa frecuentemente en personas con alteraciones del sistema nervioso o con hiperplasia de la próstata, o puede darse por infecciones o piedras en la vía urinaria.
Incontinencia de esfuerzo:
Es más común en mujeres arriba de los 75 años. Existe una pérdida de orina cuando se aumenta el esfuerzo o la presión abdominal, por ejemplo con la risa, estornudos o al cargar objetos. Está asociada a fumadores, por efecto de la tos. Se debe a una debilidad de las estructuras que rodean el piso pélvico, lo que causa que estos músculos sean menos capaces de sostener apropiadamente la vejiga y por lo tanto se produce la salida de la orina.
Síntomas
– No llegar al baño a tiempo.
– Necesidad de ir al baño más de 8 veces al día y 3 veces en las noches.
– Ansiedad por orinar y alcanzar el baño rápidamente.
– Fuga de orina al hacer esfuerzos mínimos como cargar algo, estornudar, toser reír, etc.
– Derrame de orina que impide las actividades o genera incomodidad social.
– Dolor relacionado con el llenado de la vejiga y/o al orinar (sin que haya infección).
– Debilidad progresiva del chorro urinario.
– Infecciones frecuentes de la vejiga.